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Centenario del Gobierno Radical de Marcelo T. de Alvear

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12/10/2022 00:00:00

DECLARACIÓN COMITÉ NACIONAL

El 12 de octubre de 1922 asumió la presidencia de la Nación Argentina el Dr. Marcelo T. de Alvear. Un gran presidente de un gobierno ejemplar, un revolucionario y un líder republicano.
Fue discípulo de Leandro Alem y amigo de Hipólito Yrigoyen desde las trincheras de la lucha radical por la democracia plena y por la que fue prisionero. Ese mismo espíritu revolucionario lo mantuvo como presidente de la Nación electo con la promoción de Hipólito Yrigoyen.

Como jefe de la UCR luchó por el retorno a una democracia plena y con el ejemplo de su gobierno como alternativa a las dos tendencias del golpe de 1930, la del fraude conservador y la del nacionalismo católico cristalizada en la Revoluciòn de 1943.

La obra de ese gobierno debe inspirar a los radicales en tiempos de simplificación de los roles de mercado y Estado. Estos estuvieron en esa gestión de un modo responsable y equilibrado cuando fue posible y cuando hicieron falta y siempre bajo el imperio de la ley y de la moral pública.

Por eso entre 1922 y 1928 la Argentina complementó su estructura basada en la producción primaria con la introducción de políticas industriales y tecnológicas pioneras en América Latina.

Así nuestro país llegó a convertirse en la sexta potencia mundial en término de su Producto Interno Bruto per cápita, a la vez que el salario real creció de manera significativa. Ese gobierno radical implementó importantes normas sociales en favor de los sectores más postergados. 

Ese fue un tiempo de auge del nacimiento de pequeñas y medianas empresas y por la radicación de compañías extranjeras diversificadas de la industria automotriz, química y alimentaria.

Miles de automóviles fueron producidos con la promoción de un arancel del 25 por ciento a todos los bienes importados promoviendo la producción y el
trabajo para la mano de obra local y la emergente formada por seiscientos mil nuevos inmigrantes.

En esa gestión se estableció el Impuesto a la herencia cuya recaudación sirvió para mejorar significativamentela educación pública. En 1923 se creó el Frigorífico Nacional, luego denominado “Lisandro De la Torre”, para competir con las empresas británicas y
estadounidenses, que manejaban ese negocio y defender a la producción nacional.

Con el general de aviación e ingeniero Enrique Mosconi desarrolló Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) que en 1925 tuvo, en La Plata, una de las diez destilerías más importantes del mundo. Ese gobierno radical impulsó la creación de la marina mercante y de un astillero con la idea de la fabricación de submarinos. En 1927 en Córdoba se instaló la Fábrica Militar de Aviones (FMA) que en 1928 entregó sus primeras aeronaves. Fue un tiempo de innovaciones asombrosas. 

Por Yrigoyen y Alvear la década del 20 fue en la que la Argentina creció más que Estados Unidos, Canadá y Australia. Fue la última vez que eso ocurrió.

En la perspectiva del federalismo y el desarrollo regional y social vale recordar el “Laudo Alvear” con un sistema de coparticipación por el cual los ingenios abonaban al cañero el 50% del valor del azúcar producido. Fijaba, además, una serie de normas acerca de contratación, transporte, recibo, rendimiento y análisis de la caña. La decencia en la gestión salvaguardó el prestigio del rol del Estado.

Y desde el compromiso social se reglamentó el horario de trabajo en los comercios, el trabajo nocturno en las panaderías, se reguló el funcionamiento de las sociedades cooperativas, además de diversas leyes de profilaxis. En términos democráticos su gobierno desarrolló una gestión respetuosa de los partidos y del Congreso, erradicando el clientelismo y procurando la excelencia en el servicio público.

La Unión Cívica Radical recuerda la política exterior de la gestión de Marcelo T de Alvear, que bregó por el prestigio de la República Argentina en la Comunidad Internacional, desde sus principios humanistas frente a las consecuencias de la postguerra y los desequilibrios surgidos del Tratado de Versalles de 1919.

Ese prestigio se puso al servicio de la solución pacífica de las controversias entre los estados y del derecho internacional. La Argentina ingresó formalmente a la Sociedad de las Naciones distinguiéndose por su defensa de la igualdad jurídica y el respeto entre los pueblos.

La visión latinoamericana de la doctrina radical tuvo su expresión en el alto perfil argentino en las Conferencias Panamericanas de Santiago de Chile en 1923 y La Habana en 1928.

En esta última, el Presidente argentino determinó que nuestro país consideraba a la Doctrina Monroe como una declaración unilateral de los Estados Unidos, en lugar de una doctrina compartida por todos los países americanos. Así se rechazaba a las intervenciones militares en la República Dominicana, Haití y Nicaragua.

En el centenario del Gobierno de Marcelo T. de Alvear, la Unión Cívica Radical convoca al pueblo y fuerzas políticas y sociales argentinos a honrarlo y considerarlo como un aliento a nuestras posibilidades frente a los grandes desafíos nacionales y mundiales.

Buenos Aires, 12 de octubre de 2022