Ni Motosierra para Nuestros Derechos. Ni Licuadora para nuestro presente
Argentina vive una de las más importantes crisis de estos últimos 40 años que exige como respuesta mejor calidad democrática. Sin embargo, el gobierno de Javier Milei se enfoca exclusivamente en soluciones financieras, con una preocupante falta de empatía hacia un plan económico que resuelva el déficit fiscal con estabilidad y amplio consenso federal. Demuestra, en cambio, preferencias por medidas extremas como la “motosierra” y la “licuación” de las políticas públicas, elevando sin límite los niveles de violencia de la agenda pública.
Gobernar sin plan y sin presupuesto en un país donde el 40% de la población es pobre y más del 9% es indigente desfinancia de manera irresponsable aspectos fundamentales, afectando la condición alimentaria de niños y niñas, la educación, el bienestar de personas con discapacidad, el presente de jubilados y jubiladas y la situación de jefas de hogar. Las mujeres, que representamos el 52% de la población, enfrentamos desigualdades que el gobierno ignora, evidenciadas en cifras alarmantes de femicidios y feminización de la pobreza.
En 2024 registramos un femicidio por día y la feminización de la pobreza es estremecedora: el conglomerado poblacional más pobre está integrado, en más del 60% por mujeres que ocupan los quintiles más bajos de ingresos en condiciones de suma informalidad, situación que se agrava al tener niños a cargo, ser jefas de familia y no tener la educación obligatoria completa.
Entre estos extremos de violencia y pobreza registramos importantes brechas de desigualdad: altos índices de desempleo, subempleo y brechas salariales, que alcanzan en promedio al 21%.
La brecha del cuidado indica que 7 de cada 10 adultos que trabajan y tienen a cargo las tareas del hogar son mujeres, 13% de los hogares son monoparentales y en el 56% de esos hogares las madres no reciben la cuota alimentaria.
El deficiente acceso a la digitalidad, la salud y la educación al igual que los embarazos tempranos comprometen seriamente la independencia económica de las mujeres. El techo de cristal en la ciencia, en la política, en las empresas retrasan la toma de decisiones que pueden achicar las brechas de desigualdad y democratizar nuestra vida laboral y familiar.
La UCR ha luchado contra estas desigualdades durante 40 años, contribuyendo con leyes clave en derechos de las mujeres. Sin embargo, las reformas de Milei amenazan no solo las políticas públicas alcanzadas sino también nuestra integridad física y capacidad de decisión. La misoginia de sus propuestas y proyectos de ley pretenden revertir avances en igualdad, dignidad y libertad para mujeres y diversidades.
Estas reformas también aumentan la informalidad laboral, modifican despidos por discriminación, se entrometen en nuestros divorcios y desconocen tratados de derechos humanos suscriptos por Argentina e incorporados a nuestra Constitución Nacional. El desprecio por la igualdad es evidente, y el presidente argentino prefiere desviar la atención de problemas urgentes para negar la realidad del sojuzgamiento de la mujer y su diversidad. En este contexto, rechazamos rotundamente la motosierra y la licuadora y decimos Ni Un Paso Atrás a nuestros derechos.